El mundo ha cambiado mucho desde que la ESO sustituyera los lápices por las armas de fuego a corta distancia. Por suerte, a la agencia de publicidad Kolle Rebbe no le ha importado tirar de nostalgia a la hora de crear estos lápices de queso parmesano. Están rellenos de trufas, pesto y el alma de un dominguero, y el pack incluye un sacapuntas para que puedas ser el cool de las comidas familiares, si es que hay alguien que quiera ese puesto.
Lo más sorprendente: las primeras 500 unidades que salieron a la venta en Alemania se agotaron en dos semanas.
Hablando de sacapuntas: no sé vosotros, pero cuando yo contaba siete u ocho añitos, había en mi clase unos tipos a los que llamábamos “criaturas basadas en el carbono con cierto atisbo de inteligencia”. Estos energúmenos acechaban tras los pupitres, y cuando uno se dirigía a la papelera para sacar punta al lápiz lo bombardeaban con bolas de papel, estuches y objetos punzantes; a veces incluso sillas. Supongo que al artista Kyle Bean lo hospitalizaron muchas veces: