Espero no ser el único que se imagina sentado en esta silla, a lo malo malísimo de película de serie B, con ambos brazos apoyados en las “orejas” del marcianito y agarrando con fuera el mando con el que mato a los de su especie. Y para terminar, según la ocasión, con cara de desesperación o de loco malvado que ve como su hegemonía sobre el mundo está a punto de culminarse. La carcajada de peli de terror al terminar es imprescindible.
Que bonito es soñar, ¿verdad? Pues habrá que seguir imaginando porque no es más que un prototipo que no está en venta. Muchas veces nos pasa esto en el mundo friki en el que vivimos pero, como yo siempre defiendo, con que alguien haya tenido la idea ya es digno de aplauso.
